Basada en ese misterioso episodio en el que se cruzaron los destinos de Santa Juana de Arco y del noble bretón llamado Gilles de Rais, esta novela de Michel Tournier confirma el amor de su autor por los mitos y su gozo en transformarlos.
Juana fue amada platónicamente por Gilles de Rais, que la siguió hasta la hoguera. Gilles piensa entonces que el camino hacia la santidad pasa por el mundo del pecado y se dedica a recorrerlo bajo la influencia de un extraño personaje italiano, brujo y alquimista, hasta la exasperación final. Siguiendo los documentos históricos, Tournier vuelve del revés en Gilles y Juana la interpretación tradicional, y nos ofrece una nueva muestra de ese estilo que -atravesado aquí por un uso muy peculiar y hasta irónico del lenguaje medieval- constituye uno de los logros mayores de la literatura de nuestro tiempo.