¿Cómo un hijo de carpintero, llamado Jesús, dejó un buen día su taller para anunciar la <>? ¿Cómo algunos de sus oyentes pudieron ver en el rostro de ese hombre crucificado los rasgos del Mesias? ¿Por qué caminos ese reconocimiento tomó cuerpo para imponerse, después de tres siglos, como religión del imperio? ¿Qué procesos, pues, permitieron la emergencia y el éxito del cristianismo?
Tanto para los historiadores como para los exegetas, parece un hecho que, desde sus inicios, Jesús era el Cristo, y que el cristianismo era una religión. Pues bien, debemos aceptar la evidencia: Jesús se volvió Cristo, y el cristianismo se convirtió en una religión.
La historia de los orígenes cristianos, siempre escrita a contrapelo, necesita ue se revise por completo.
Al sacar a la luz mediaciones internas que originaron la formación del movimiento cristiano y sus metamorfosis, esta nueva historia sobre la génesis del cristianismo da una explicación que cuestiona nuestra noción misma de religión.
