Estas páginas narran las vivencias, motivaciones y sueños de ocho militantes y simpatizantes de Futuro Vegetal. A través de sus testimonios, denuncian lo que consideran una respuesta desmedida del estado ante sus actos de desobediencia civil no violenta. Señalan que se les tacha de 'ecoterroristas' y critican que las multas, prohibiciones, sanciones e incluso penas de cárcel que enfrentan no son más que intentos de criminalizarlas, cuando su única misión es proteger la vida frente a la crisis ecosocial que amenaza el futuro de todas las personas.