Pablo Vázquez y Eva Rumbo son un matrimonio feliz, padres de dos hijos mellizos de dieciséis años, que ven cómo la vida les sonríe. Un día alguien entra a robar en su casa, fuerza una caja fuerte y se lleva ochenta mil euros en efectivo y algunas joyas que guardaban en ella. Y, a partir de ese momento, el mundo de Eva se vendrá abajo, mientras descubre que todas sus certezas no eran tales y que nada era lo que ella creía. Y lo peor de todo es que, de repente y sin saber por qué, ve su vida y la de sus hijos amenazadas.