Sin duda, estamos ante un verdadero relato de horror y misterio. Edgar Allan Poe murió el 7 de octubre de 1849, con solo cuarenta años, de una forma dolorosa y absolutamente extraña que habría encajado a la perfección en sus propios cuentos de terror. ¿Cuál fue la causa de su prematura muerte, y qué le ocurrió durante los tres días que tardaron en encontrarle, delirando y «muy angustiado» en las calles de Baltimore, vistiendo ropas que no le quedaban bien y que no eran suyas? Poe, considerado uno de los escritores estadounidenses más emblemáticos, murió en unas circunstancias de lo más inquietantes que reflejan los dos géneros literarios que él mismo llevó a nuevas cotas a lo largo de su carrera. Se ha especulado mucho sobre la causa de su fallecimiento —desde la rabia y la sífilis
hasta el suicidio, el alcoholismo e incluso el asesinato—, pero muchas de estas teorías se basan en una caricatura de Poe: la del gótico de ojos sombríos que garabatea borracho sus escalofriantes obras maestras, encorvado sobre un escritorio, con un cuervo posado en un hombro. En una narración de doble línea temporal que alterna entre los desesperados últimos meses de Poe y su corta vida, Mark
Dawidziak revela nuevas facetas del enigmático maestro de lo macabro y propone una impactante teoría, según la cual aquello que lo mató en realidad lo estuvo persiguiendo durante toda la vida.