Después de que Egon Schiele (1890-1918) se librara de la sombra de su mentor y modelo a seguir, Gustav Klimt, solo tuvo diez años para inscribir su característico estilo en los anales de la historia moderna antes de que la gripe española se cobrara su vida. Siendo como era un niño prodigio muy consciente de su propia genialidad y un provocador empedernido, esto no resultó ser un gran desafío para él.
Sus figuras demacradas y estiradas, su representación radical de la sexualidad y sus autorretratos en los que se mostraba con expresiones faciales macilentas que rayaban la genialidad y la locura, no tenían la calidad decorativa de los himnos de amor, sexualidad y anhelante devoción de Klimt. En vez de ello, la obra de Schiele expresaba una franqueza brutal que disgustaría y cambiaría la sociedad vienesa de forma irreversible.
Aunque más tarde sus creaciones fueron tildadas de «degeneradas» y durante un tiempo prácticamente cayeron en el olvido, influyeron en varias generaciones de artistas, desde Günter Brus y Francis Bacon hasta Tracey Emin. Hoy día, su obra, entonces incomprendida, sigue alcanzando precios exorbitantes en el mercado internacional del arte.
Publicada por primera vez en una edición XL, esta monografía está ahora disponible en una versión más abreviada y compacta para celebrar el 40 aniversario de TASCHEN, y presenta las pinturas y dibujos que rememoran la prolífica última década de la vida de Schiele. Las obras, muchas de ellas expresamente fotografiadas para la edición XL, van acompañadas de ensayos que presentan la vida y la obra del maestro austriaco para situarlo en el contexto del expresionismo europeo y para examinar su extraordinario legado.