Una novela arrolladora donde la ambición se bate en un pulso con el instinto más primario.
«Hoy he escuchado algo que ha terminado con mi paz, un sonido que me ha cambiado la vida. No era el chasquido de un objeto delicado al caer, ni el pitido de la alarma interrumpiendo atrozmente el sueño, no. No era el estruendo de una lavadora vieja, ni la sirena de una ambulancia abriéndose paso a 150 kilómetros por hora, ni el frenazo desesperado de un coche sorteando la colisión. Sonaba más fuerte y más adentro que todo eso. Era el latido de un bebé. Al salir, un arcoíris me estaba esperando en la puerta. ¿Eras tú, papá?».
Con estas palabras, Raquel Ortiz Dos Santos, psicóloga en el Hospital Clínico de Valencia, pero, sobre todo, poeta, le comunica a su padre en el diario íntimo con que, cuando él aún vivía, lo mantenía al día en la distancia, que está embarazada.
Raquel acaba de recibir el Premio Nacional de Poesía Joven por su poemario Madrid y no es el mejor momento para plantearse ser madre, pues, aunque siempre ha tenido claro que la maternidad no era lo suyo, al estar encinta muchas certezas se vuelven inciertas, como el hecho de que el padre de lo que ha de venir o no, Biel, su mejor amigo, su mejor amante, su mejor no compromiso de toda la vida, el protagonista del poemario premiado, vive en Madrid hace años y no han mantenido contacto desde la ruptura sin ruptura nada más que en una ocasión, «esa» ocasión.
Así pues, un embarazo no deseado, un duelo no superado, el miedo al compromiso por el temor al maltrato, una madre ausente y la pulsión que crea emociones a través de la palabra, de la poesía, acompañan a la protagonista de esta primera novela de Mamen Monsoriu, en la que con palabras precisas y líricas nos resuelve una de las dudas existenciales: si la creatividad termina donde la maternidad empieza.
Los lectores opinan
«Una novela que destaca por su alto contenido emocional sin perder la frescura», Jorge Monsoriu.
«Mamen Monsoriu ha escrito la mejor definición de ser madre que he leído nunca. He necesitado una libreta en blanco para apuntar todas las frases que no quiero olvidar», Carmen Villafuertes.
«Una autora voraz que con su narrativa es capaz de iluminar la oscuridad de la vida», Mauro Lahore.
«Justicia poética nos descubre a dos grandes escritoras: Raquel dentro de la novela y Mamen fuera de ella», Mercedes García-Vilanova.