Una celebración de la vida y de los miles de pequeños detalles que la componen.
«Larga vida a no saber dónde vamos, pero ir; a asumir el error como parte del camino, a vivir sin saber las respuestas, sin las cartas marcadas. Larga vida al miedo que motiva y no inmoviliza, a los que se atreven a dejarlo entrar en casa, para que forme parte de nosotros, para que nos enseñe que el éxito, en realidad, es no dejar nunca de intentarlo».
Acompaña a Curro Suárez desde el amanecer hasta el anochecer en un recorrido en el que se celebra la felicidad del día a día, haciendo de las cosas ordinarias algo extraordinario.