Las diversas fuentes empleadas para catalogar un ave —el ejemplar, así como los respectivos lenguajes visuales y textuales utilizados para describirlo, y el sistema taxonómico y la colección en que se ubica— se modulan e influyen en el proceso de conformar la noción científica, artística y curatorial y editorial de cada especie. Como un caso especial de exposición paginada, pero también como tipo de espacio colonial, el libro de aves permite la visibilidad de estas en el entorno de un discurso or-nitológico coproducido.
Un cambio epistemológico en favor de un papel activo y generador de la interrelación y la reciprocidad permite sentir el mundo viviente como una serie de hechos, circunstancias consteladas y metabólicas y dimensiones temporales. Tales perspectivas se ocupan del impacto, el afecto, la intimidad y el devenir; relevantes para una práctica curatorial y editorial orientada a una perspectiva ecológica y decolonial.