La historia transcurre en un pueblo minero, situado en algún lugar de la provincia leonesa, durante los años en los que el carbón todavía era un reclamo y la mina proporcionaba el sustento a muchas familias. La de la niña protagonista es una de esas familias marcadas por la escasez de recursos y en su caso, además, por la escasez de cariño. Su vida cambiará por completo cuando una vecina asegura haber visto una luz milagrosa en el lugar donde ella y su hermano guardan sus tesoros infantiles. La historia se va complicando a medida que más personajes, desde el cura del pueblo a su propia madre, se van incorporando a una trama de fraude de la que parece difícil escapar.