El Sr. Roguera, un renombrado escritor en decadencia autoinducida, más falto de ganas que de inspiración, más harto de la industria editorial que de la escritura, recibe la carta de un admirador impertinente: un aspirante a escritor que trabaja como empleado de correos y que le ha enviado, junto con la misiva, lo que parece ser un manuscrito. La carta, que se revela primero sorprendente, después cercana, hasta llegar a ser retorcidamente íntima, pondrá ante los ojos del novelista consagrado la futilidad de su oficio («¿Cómo resiste un libro a todo lo que un lector vierte sobre él? ¿Cómo resiste, a su vez, un autor a todo lo que contiene un libro? ¿Es posible salir ileso? ¿O es natural, lógico e incluso deseable, que acabe uno convertido en víctima de su trabajo?»), sus miserias morales y sus miedos más inconfesados.
Por medio de planos superpuestos, «Caníbal sin dientes» disecciona la relación a tres bandas que se establece entre el obsesivo aspirante, el novelista de éxito —caras opuestas de una misma moneda— y la secretaria de este último, la Sra. M., que será el puente que permita al uno llegar hasta el otro y consumar sus planes. Con pulso de thriller, Mazarrasa construye una aguda y absorbente reflexión acerca de los límites y el precio de la ambición literaria.