A través de la noche puede leerse como un viaje nocturno en el que se intercalan imágenes oníricas, oscuras y perturbadoras, con otras más luminosas y esperanzadoras, nacidas del insomnio o la duermevela. Retomando ciertos símbolos esenciales y valiéndose de la atmósfera inquietante del claroscuro, el autor se adentra en el espesor mítico de la noche para indagar en su propia historia personal en un momento de crisis marcado por la inquietud, la confusión y la frustración, recogiendo, de paso, un cierto espíritu de época. Como dice Salvador Galán Moreu en la introducción, su autor opta por dibujar un pequeño ojo de buey por el que espiar un camarote oscuro; esto es, propone la visión desde el mar al barco, y no al contrario. Se zambulle y bucea en sí mismo y su bagaje (lector, vital e ideológico…), que es el que es, de frente y sin juegos, soportando la apnea de la repetición y evitando el naufragio de lo trillado.
Jairo García Jaramillo ha dedicado a estos poemas varios años de trabajo antes de considerar su publicación. El resultado es esta decantadísima obra que se une con méritos propios a una larga tradición de indagación en el símbolo universal de la noche y en las enigmáticas e inquietantes sombras que acechan cuando penetramos en ese espacio en el que no somos del todo nosotros mismos. De esta tradición secular forman parte eminente Novalis, Baudelaire, Rilke, Robert Frost o San Juan de la Cruz. No debemos perder de vista esas cumbres en nuestra lectura de esta extraordinaria inmersión en lo turbador de la noche, o en su apaciguadora quietud, de un poeta de nuestro tiempo.