El testamento literario de Marie-Claire Blais, una de las grandes voces de la literatura canadiense, publicado poco antes de fallecer la autora.
Una novela tierna y comprometida con el activismo LGTBIQ+.
«Una autora cuya voz estremece los cimientos de la literatura actual, de la que, además, lleva décadas formando parte sin que nadie, en nuestra lengua, haya reparado en ella. Hasta ahora».
Inés Martín Rodrigo, ABC
René, un anciano transgénero que tocaba el piano en cabarets, pasa los últimos momentos de su vida postrado en una cama bajo la estricta vigilancia de Olga, una enfermera con la que rememora días de militancia, y viejos amores y amistades.
Ahora, a sus noventa y tres años, echa la vista atrás para evocar tanta vida compartida y duramente conquistada: las revueltas de Stonewall, la represión policial, décadas de activismo por los derechos de la comunidad LGTBIQ+, los estragos de la irrupción del sida, que tantos amigos se llevó, los cuidados entre personas que comparten la marginación... ¿Adónde ha ido a parar tanto esfuerzo, si siguen oyéndose voces intolerantes que amenazan con derrumbarlo todo? René sabe que su lucha y la de sus amigas no ha cesado: lo que empezó en los años sesenta sigue en la era Trump.
Con una prosa arrolladora, sensible, poética y comprometida, Marie-Claire Blais coloca al lector ante la brutalidad y la hostilidad que históricamente han padecido las personas queer, pero entre tanto dolor consigue que sea inevitable vislumbrar destellos de belleza, amor y sensualidad que permiten celebrar la vida como una fiesta.
Críticas:
«La titánica maestra de, a la vez, Margaret Atwood y Emmanuel Carrère».
Laura Fernández, Babelia
«Anuncia el amanecer de un nuevo día».
Le Devoir
«Marie-Claire Blais tiene una mirada hipermoderna que no ha envejecido. Posee una gran conciencia social. [...] Este libro es un resumen, una síntesis de su pensamiento, de su imaginario. Contiene también reflexiones cargadas de esperanza, especialmente sobre la muerte».
ICI Radio-Canada
«Póstuma. La emoción es fuerte. Uno no descubre las últimas palabras de una escritora sin cierta confusión. Se busca una palabra de ultratumba, un testamento literario. [...] Escribir para vencer al olvido, escribir para matar a la muerte. [...] Titán con dedos de pluma, Marie-Claire Blais hunde las manos en el universo que agita con fuerza y delicadeza».
L#Obs
Sobre Sed:
«La quebequesa tiene una prosa arremolinada que es, por así decirlo, una catarata de palabras capaz de aplastar al lector. [...] Sed es una novela desbordante en todos los sentidos. Y por eso conviene lanzar una recomendación: léanla, pero háganlo con la misma actitud que cuando entran en un museo».
Álvaro Colomer, La Vanguardia
«La inmensidad de la novela deja en el lector la sensación de estar nadando en mar abierto, sin apenas boyas que le sirvan de referencia. [...] Está bien nadar en una piscina climatizada, o en un lago artificial que apenas cubre, pero deberíamos perder el miedo a nadar en aguas más profundas».
Rebeca García Nieto, Letras Libres