Fabulosa puerta de entrada a Sudamérica, Ecuador es un país que parece tenerlo todo: cumbres andinas, selva tropical amazónica, mercados indígenas, ciudades coloniales, ruinas precolombinas y soleadas playas. Por no hablar de su célebre cadena de islas volcánicas rebosantes de extraordinaria vida salvaje. También contribuyen a su encanto su tamaño relativamente pequeño y lo fácil que resulta recorrerlo, gracias a sus buenas carreteras y al hecho de que tenga el dólar por moneda. Pero por encima de todo destaca el pueblo ecuatoriano: noble, generoso y orgulloso de los grandes avances que ha logrado en la última década; ese es, sin duda, el tesoro más preciado de este formidable país.