Acostumbramos a pensar que el mundo físico ejerce poco o ningún impacto sobre la alegría que sentimos, y cada vez más expertos nos instan a encontrar el equilibrio y la calma en nuestro interior y a permanecer impasibles ante el mundo exterior. Pero ¿y si la vitalidad natural de nuestro entorno fuera, en realidad, la fuente de alegría más renovable y accesible de que disponemos?
En Las formas de la alegría, la diseñadora Ingrid Fetell Lee cuestiona la creencia de que la verdadera alegría solo puede proceder del interior y explora cómo espacios y objetos aparentemente mundanos y con los que interactuamos a diario ejercen un efecto tan inesperado como potente sobre nuestro estado de ánimo. A partir de investigaciones diversas en neurociencia y psicología, nos explica por qué algunos entornos nos ponen nerviosos o alientan la competitividad mientras que otros fomentan la alegría y la generosidad. Y, lo más importante, revela cómo podemos aprovechar el poder de nuestro entorno para vivir vidas más plenas.