Llega una nueva delicia con sabor japonés del autor de Antes de que se enfríe el café, la novela que ya ha conquistado a más de un millón de lectores en todo el mundo.
Un fenómeno esperanzador sobre los arrepentimientos del pasado, la promesa del futuro y el increíble regalo que es el presente.
Dicen que en la cafetería Funikuri Funikura hay una mesa en la que puedes sentarte, pedir un café y viajar al pasado durante el tiempo que tarda este en enfriarse.
Bajo la atenta mirada de la encantadora camarera Kazu, los clientes del café se enfrentarán a los momentos más importantes de sus vidas y descubrirán que la felicidad consiste en saber perdonarse a uno mismo.
Con un tono delicado y una cuidada atmósfera, Kawaguchi nos relata cuatro historias de redención y esperanza llenas de personajes inolvidables, tiernos, contradictorios y sorprendentes que ya habitan en el corazón de multitud de lectores.
«Toshikazu Kawaguchi comparte con nosotros la receta de la serenidad: llega la secuela de Antes de que se enfríe el café».
La Repubblica
«Un bálsamo para las almas heridas».
Panorama
«Volvemos a la cafetería en la que reviviremos en pasado con nuevas historias, aún más conmovedoras y poéticas, sobre el dolor y la valentía».
La Lettura
«Una lectura emocionante y emotiva para alejar las preocupaciones cotidianas».
Publishers Weekly
«Una nueva historia sobre la cafetería de Tokio en la que basta una taza de café para viajar en el tiempo y hacer las paces con el pasado».
La Stampa
«El escritor japonés que se ha catapultado a las listas de más vendidos».
La Repubblica
«Un rápido viaje de ida y vuelta al pasado o al futuro para reencontrarse con un ser querido en el que los protagonistas no tienen la posibilidad de cambiar el rumbo de las cosas, pero disponen de unos diez minutos para transmitir un mensaje y poner fin a los remordimientos. El talento del autor para mostrar la vulnerabilidad de sus personajes y su escritura sencilla y empática explican el éxito de esta serie de novelas que se han convertido en un éxito de ventas en Japón».
Le Monde