El término «célula», acuñado en 1665 por Robert Hooke, procede de «celda», el pequeño habitáculo de los monjes. Muchas palabras científicas que hoy creemos fiel reflejo de la esencia de las cosas, en realidad son metáforas que se han fosilizado, que han perdido la viveza de su alumbramiento. Indagar en el origen de cada expresión y sus historias requiere convertirse en una suerte de minero bibliográfico, ávido por encontrar la mena de la fuente primaria para extraer la información más valiosa.
El lenguaje científico es un organismo vivo en continua evolución, una manera de aprender a reflexionar, una invitación a explorar misterios, detalles ocultos, esclarecedoras anécdotas, golpes de suerte o singulares inventos de la imaginación y la ironía. Este libro explora siglos de pensamiento y diversas disciplinas, desde la ecología, la biología molecular, la genética, la astrobiología o la neurociencia hasta la mecánica cuántica, la física de partículas, la cosmología, la oceanografía o la historia de la ciencia.
¿Qué sabes del gato de Cheshire cuántico? ¿Y del sufrido alter ego del ratón avatar? ¿De dónde viene el término de biología sintética? ¿Quién es Luca? ¿Y el implacable efecto Mateo?... «A hombros de gigantes», «afirmaciones extraordinarias», análogo terrestre, el Big Bang creador, «Dios no juega a los dados con el universo», la geometría improbable del escutoide, el Niño devastador, la carrera de la Reina Roja, la neurona espejo, la panspermia dirigida, el experimento cósmico, los tres príncipes de serendipia, la superbacteria o la terca vocación de matar, la partícula de Dios... Miguel Alcíbar, profesor, divulgador y experto en comunicación científica, nos adentra en el sugerente mundo del lenguaje científico a través de fascinantes historias, disfruten de la lectura.