A orillas de un río que hace la frontera entre dos países recién separados por motivos políticos, un grupo de muchachas se reúne cada día, haga frío o calor, para nadar y entrenar sin descanso: se han propuesto formar un equipo de natación sincronizada. Lo han visto en la televisión, el deporte es lo único que les permitiría huir de su país en crisis y viajar, en primer lugar, al país del otro lado del río, luego al resto del mundo, donde imaginan una vida llena de promesas.
Sandu es capaz de escribir en pocas líneas un retrato agudo e inteligente sobre el grupo de chicas, sobre cada una de ellas, sus destinos, su forma de luchar y alcanzar ese futuro prometido que les han arrebatado. El resultado es un libro de un encanto íntimo, escrito con una prosa limpia, precisa, breve pero luminosa, muy difícil de olvidar.