Martha Müller soñó por primera vez el 5 de marzo de 1961: paseó por la arena, metió los pies en el mar y escuchó a las gaviotas gritar al sol. Fue un sueño bonito aunque... raro. Y al día siguiente tenía arena en el pelo. A los dos días, soñó con sus amigos Olga y Erich. Eso era todo un privilegio: todos en clase sabían que Martha no podía soñar... ¿Quién más tendría la suerte, a partir de ese momento, de protagonizar los sueños de Martha Müller? Una historia de sueños, magia y esperanza que tiene lugar en Berlín en el año en que se construyó el muro que dividió la ciudad y a sus habitantes.