Para Emily, el mejor lugar del mundo es el sitio en el que vive: el Parque de Atracciones Lunar. Por las mañanas, se levanta en su habitación de la Oficina de Objetos Perdidos y, un día sí y otro no, va a aprender con sus amigos al Tiovivo Instructivo. No le importa no tener familia propia, porque su familia es el parque entero; sobre todo, Jinks y O'Hare, los dos mecánicos que se encargan del mantenimiento de las atracciones. El mayor deseo de Emily es entrar en el equipo de mecánicos y quedarse a vivir para siempre en el parque Lunar. Pero un día, en plena visita de un severo inspector de parques, todo (¡TODO!) empieza a marchar mal... La existencia del Parque Lunar peligra, y Emily está dispuesta a hacer lo que sea por salvarlo.