La poesía de Leire Gandarias apunta hacia todas las virtudes esenciales del amor. Nos acompaña, nos da refugio y al mismo tiempo nos enseña la herida del vivir. Una herida que se va cerrando poco a poco, a cada paso, con el hilo de su escritura. Estamos pues, como en toda manifestación artística, ante una poesía terapéutica. Este es el camino que va de lo personal a lo universal, y nos recuerda que sólo en el olvido de nosotros mismos podemos encontrar a los demás.