"Mi madre enfermó de cáncer tres años y medio después de que mi padre falleciera, también de cáncer. El tratamiento que proponían los médicos le hubiera permitido vivir hasta 18 meses pero en una silla de ruedas, medio ciega y sin control de esfínteres. Ella nos dijo que no quería hacer el tratamiento y mis hermanas y yo, que no queríamos verla sufrir, lo aceptamos. Le propusimos buscar alternativas que pudieran curarla y nos dijo que sí. Nada de lo que hicimos curó a nuestra madre. Pero todo lo que descubrimos contribuyó a mejorar su calidad de vida. Falleció en casa, rodeada de sus hijas, sin necesitar morfina ni ningún otro tipo de calmante. Murió tranquila, murió en paz. Al cabo de unos meses de su partida, decidí dejar mi trabajo para fundar la Asociación de Oncología Integrativa, una entidad que difunde las terapias complementarias que han demostrado mejorar la calidad de vida de los pacientes con cáncer. Información rigurosa y contrastada científicamente. Desde entonces ya han pasado ocho años en los que me he formado en nutrición, en los que he conocido a los mejores especialistas en medicina integr