"Soy una de las grandes personalidades
de este país recóndito,
con rol de náufrago,
reo de sí.
Yo, que pertenezco a una estirpe pobre,
vulgar, acostumbrada a vivir
con la cabeza agachada,
soy ahora el elegido…"
Ficción y realidad se superponen en esta metáfora sobre el poder que, a través de la figura de un cerdo, presenta a un tirano
que repasa poéticamente su trayectoria vital. El protagonista
ensalza su carácter único en el mundo, haciendo de la diferencia
no un rasgo integrador, sino elitista.