Tras la huida de T., el bando Rebelde se llena de recelos. Y por si fuera poco, Ne´mesis estrecha el cerco sobre I´taca. Solo Ariadna sigue creyendo en T., aferra´ndose a los suen~os que los unen. Mientras los Rebeldes planean el asalto al Taigeto, el corazo´n del Nuevo Orden, otras dos personas toman el mismo rumbo: un Cazador con una presa muy codiciada y alguien dispuesto a destapar los secretos ma´s oscuros de Ypsilon.