¡Tú, hombre, tú! es a la vez la premonición de un tiempo esperanzador que nos espera: la reacción de niños, de adultos, de animales por humanizar el mundo.Estamos ante una metáfora: los pobres, los maltratados, los desheredados reaccionan con bondad, sin lucha, esgrimiendo el peso del afecto en la instauración de un mundo más justo y feliz.Se trata del peregrinaje de unos personajes que parten de una situación injusta en la que el mal impone sus repugnantes condiciones, para, con la suma humilde de la bondad de cada ser pequeño, cambiar el rumbo hacia el amor.Es la ruta de los personajes y, también, el grito que nace en cada página, en cada escena, y, evidentemente, en el corazón de la autora, que plasma en ¡Tú, hombre, tú! su sensibilidad exquisita y la fuerza imaginativa que nos impulsa a seguir leyendo y hacer el bien.