Una inmensa mayoría nos declaramos escépticos ante los horóscopos, sin embargo, en pleno siglo XXI, su éxito sigue siendo indiscutible, pues no hay revista, periódico, magazine, ni red social, que no disponga del suyo en cada una de sus publicaciones. Y es que llevamos dentro algo mágico que deriva, tal vez, de una inquietud existencial propia y exclusivamente humana y nos impulsa a aportar algo sobrenatural a la fría realidad moderna en la que vivimos. Si a eso le sumamos que somos individuos de naturaleza curiosa, no podremos negar que, aunque sea alguna vez, hemos recurrido a leer el horóscopo de nuestra pareja o de la persona que nos arrebata. Porque el amor, como los signos, tiene rara explicación, carece de lógica y no es real si es sensato.