En Vidas de celuloide. La novela de Hollywood (1934), Rosa Arciniega, bajo su característica mirada crítica y base ideológica de atención a lo social, pone luz sobre las sombras que se ocultan detrás de la brillantez de los focos de los míticos estudios hollywoodienses, mostrando, a través del vibrante relato de la historia de Eric Freyer, el coste personal y vital que se cobra la fama. Eric Freyer es un artista alemán de music hall que había logrado montar un espectáculo de cierto éxito junto a la bailarina Henriette, alcanzando con ella, tras superar un sinfín de penalidades, la felicidad a nivel personal. Sin embargo, al recibir la invitación para una prueba en Hollywood, no podrá resistirse al sueño de triunfar en la meca del cine. La fama, y también la gran diva Olga D'anti, darán un vuelco a su vida sin ser capaz de vislumbrar hacia donde lo encaminarán sus actos. A través de diversos flashbacks, cambios de escenario entre Los Ángeles y Berlín, y con el estilo vanguardista tan personal de esta autora, que combina la acción, el diálogo ágil y la reflexión, se va desarrollando la trama sobre una enérgica base crítica hacia ese mundo efímero, impostado y de escaparate que es la meca del cine. Vidas de celuloide. La novela de Hollywood (1934) es la tercera entrega de la «Biblioteca Rosa Arciniega» que, tras Engranajes (1931) y Mosko-Strom (1933), continúa rescatando la exitosa obra literaria de esta deslumbrante escritora peruana, afincada en España durante los años 30 hasta la Guerra Civil.
«Una escritora extraordinaria a la que convendría rehabilitar plenamente». J. M. de Prada
Rosa Arciniega nace en Cabana (Ancash, Perú) en 1903, trasladándose su familia enseguida a Lima, donde cursa sus estudios. Tras un viaje por Europa, llega junto a su marido a España hacia 1928, donde permanecería hasta el estallido de la Guerra Civil en 1936. Pronto se incorporó al prolífico ambiente cultural del Madrid de esos años, editando varias novelas: Engranajes (1931), Jaque mate (1931), Mosko-Strom (1933), Vidas de celuloide. La novela de Hollywood (1934) y el volumen Pizarro (Biografía del conquistador del Perú) (1936); además de numerosos cuentos, un drama radiofónico y artículos de diversa índole en cabeceras españolas de primera fila. Imparte conferencia en el Lyceum Club Femenino y en el Ateneo, y forma parte de la tertulia que Ortega y Gasset mantenía en torno a la Revista de Occidente. Ya fuera de España publica la colección de cuentos Playa de vidas (Manizales, 1940) y otras biografías de conquistadores. Su labor periodística continuó siendo intensa, colaborando en diversas publicaciones periódicas de las ciudades en las que residió: Lima, Santiago de Chile y Buenos Aires, así como de otros lugares de todo el continente americano. Arciniega fue la primera mujer peruana acreditada como diplomática ante un gobierno extranjero, como agregada cultural del Perú en Argentina. En 1986 su país la reconoció como escritora de prestigio internacional, concediéndole una «pensión de gracia». Murió en Buenos Aires en 1999.