Ser una pequeña isla turística visitada cada año por dieciséis millones de personas tiene muchos inconvenientes y una ventaja: no encontrarás una metáfora mejor para el capitalismo tardío, es decir, para todos nosotros. Temporada alta parece un libro sobre la ciudad de Palma, y a ratos lo es. Aquí aparecen sus calles y dinámicas de poder, sus focos de resistencia y las personas que la habitan, las toneladas de basura que la decoran en temporada alta, el balconing como poema distópico.