Clementina tenía los renglones de su historia escritos antes de nacer, y su vida se auguraba feliz, afortunada y privilegiada. Nacida en el seno de una familia de la nobleza madrileña, fue una niña alegre desde su nacimiento. Pero su abuela, La Rencorosa, ya lo advirtió a su entorno cuando oía comentarios sobre lo poco que lloraba la pequeña, «lo que no llore ahora, lo llorará cuando sea mayor», gruñía entre dientes.
Apenas había cumplido los dieciséis años, cuando la vida que su entorno había planeado para ella se vio truncada por los caprichos del destino, y su única salvación fue la huida. Comienza entonces a escribir el primer capítulo de su segunda vida, ya convertida en otra persona. Una historia de búsqueda y de aceptación de su nueva identidad y de reconciliación con la soledad junto a la que se desplazará por los mapas en los que elige perderse, Madrid, Valencia, Estados Unidos…
Esta es la historia del viaje interminable de una mujer que pudo tenerlo todo y que se vio obligada a olvidar su pasado para convertirse en otra persona, con la que tuvo que aprender a convivir. Una mujer a la que la vida enseñó que en la huida el cobarde demuestra su valentía.