Precursor de una nueva sensibilidad; creador junto con Kracauer de la cultura popular como objeto serio de estudio; coleccionista de libros infantiles y de juguetes rusos; impulsor de un nuevo método de análisis sostenido en la «imagen que piensa» y en el montaje de estas, Walter Benjamin es una figura tutelar y omnipresente en la cultura del siglo XX pero totalmente huidiza. Revitalizada por la lectura que los movimientos estudiantiles de los años sesenta hicieron de ella, la obra de Benjamin ha logrado una permanencia amparada en la relevancia de una escritura adelantada a su tiempo, que abrió nuevos derroteros para el pensamiento crítico. Su obra rehúsa cualquier caracterización ya que es un mosaico que incorpora, entre otros saberes, filosofía, crítica literaria, análisis marxista.