“Siempre solidario, hasta el final mantuvo esa necesidad de ‘compartir con la gente’. Si yo tuviera que destacar algún rasgo de José Mari seguramente sería ese, la empatía que demostraba con los demás, y en particular, con aquellos que en un momento dado podían sentirse más desprotegidos u olvidados”, Fernando Grande-Marlaska
“Calleja había sacado a las víctimas de las sombras para colocarlas en el centro del relato: era un cambio de paradigma. […] La recuperación de la memoria de las víctimas de ETA que inició este periodista ha beneficiado a la ciudadanía en su conjunto”, Gaizka Fernández Soldevilla
“José Mari fue siempre un luchador antifascista. […] su trayectoria, desde el principio hasta el final, descansa moralmente en esa apuesta radicalmente democrática. […] Era todo lo contrario al fundamentalismo de cualquier pelaje y color. […] Sus columnas eran un testigo elocuente de ese pensamiento libre de ataduras”, Pepa Bueno
“[…] lo que más destacaba y atraía era su personalidad, un compuesto formado por elementos muy variados entre los que destacaban el entusiasmo, la energía, el sentido del humor, el coraje y la claridad moral”, Ignacio Sánchez-Cuenca
En esta obra se dan cita algunas voces que rinden homenaje a la figura de José María Calleja: Gaizka Fernández, José Miguel Santamaría, Pepa Bueno, Alberto Surio, Ana Aizpiri, Ignacio Sánchez-Cuenca, José Mari Múgica, Consuelo Ordoñez, Fernando Savater, Edurne Portela, Borja Sémper, Cristina Cuesta, Eduardo Ranz, María Jiménez Ramos, Fernando Grande-Marlaska, Genoveva Gastaminza, Ignacio Latierro, Luis Castells, Eva Orúe, Gorka Landaburu, Luis R. Aizpeolea, y un prólogo de José Manuel Rodríguez Uribes.