Italo Calvino (1923-1985) solía decir que de un escritor sólo cuentan sus obras, pues lo biográfico carece de interés. Sin embargo, su producción literaria se encabalga en su vida hasta tal punto que a menudo ambas corren como un solo cuerpo. Su narrativa de posguerra es espejo de su experiencia como partisano en los montes de Liguria y de su compromiso político en las filas del PCI, pero otro Calvino asomó pronto para demostrar que un mismo autor podía alumbrar partos de otra naturaleza. Era “Italo el fantasioso”, cuya visión del mundo como un entramado de símbolos encarnó en sus novelas del ciclo heráldico- fantástico y en el maravilloso ramillete de las ciudades invisibles. Esta metamorfosis no puede desvincularse de su evolución política, también ligada a sus estancias en Estados Unidos y sobre todo el París de los años 60 y 70, crisol de variadas escuelas. Aquí halló las posibilidades combinatorias y lúdicas del lenguaje, y su mirada fue volviéndose más analítica, científica y descriptiva. Escritor prolífico, ave Fénix que moría y renacía entregándose a cada desafío en cuerpo y alma, Italo Calvino merecía una biografía en español que trazara la rica complejidad de su vida y su obra.