Savater entrecruza 3 propuestas. Lo que comienza como novela de viajes, con la persecución periodística de las huellas de Stevenson, se engarza con las reflexiones sobre el fracaso de la relación amorosa del protagonista con una mujer, y con la naciente y equívoca amistad entre el hombre maduro y el joven fotógrafo que le acompaña.
El escenario es Escocia, la neblinosa, la de los pantanos, los castillos derruidos en lugares casi inalcanzables, los viejos bebedores de whisky. Alan, el maduro protagonista, indaga en sus recuerdos el modo de recobrar el amor de su mujer, pero la vitalidad del joven David, su inestabilidad e inmadurez, su continua fascinación ante todo cuanto hay a su alrededor, harán cambiar los planes de Alan y le llevarán a descubrir facetas de su propia personalidad.