En el verano de 1486 estalló la peste en Perugia y Giovanni Pico della Mirandola se confinó en Fratta. Allí concibió la idea de convocar un concilio filosófico universal que nunca se pudo celebrar. Las autoridades consideraron la empresa demasiado pretenciosa para un joven de veinticuatro años y la intención de conseguir una «paz filosófica», poco menos que una excentricidad del llamado «conde de la concordia». En Fratta redactó
la célebre Oratio destinada a inaugurar la disputa: Discurso sobre la dignidad del hombre. Un hermoso manifiesto del Renacimiento, traducido y anotado en este
volumen por Carlos Goñi.
Pico della Mirandola fue joven de edad y de espíritu, dio a la filosofía un ímpetu nuevo, un aire fresco, atrevido y alegre. Si todo filósofo es un amante del saber, él fue un enamorado de la sabiduría, apasionado y febril, entusiasta y delicado, entregado y romántico. Nunca fue besada la dama Sabiduría con tanta pasión como la besó el filósofo de la concordia.
Carlos Goñi revive la seductora figura de Giovanni Pico, «el más noble de los eruditos y el más erudito de los nobles» (como lo describió Angiolo Pozzi). Un filósofo que fue y será: «Un gran hombre —por usar las palabras de Tommaso Campanella— más por lo que iba a hacer que por lo que hizo», condición inherente a las propuestas que trascienden una época.