Hijo de hombre (1960) colocó a Augusto Roa Bastos como precursor de la modernidad literaria en el continente. Con una estructura que altera el discurso cronológico y los planos espaciales, Roa Bastos construye un relato estremecedor sobre las marcas que dejó en el pueblo paraguayo una historia trágica y a la vez grandiosa. Los personajes que recorren estas páginas viven, a la luz del legado de sus muertos y el pasado, una realidad que los va tragando lenta pero inexorablemente, signada por la pobreza, la represión desmedida, la explotación y el abandono, ecos de episodios atroces como la Guerra de la Triple Alianza, la Dictadura Perpetua o la guerra del Chaco.
Una novela sobre el poder y sus perversiones, pero también sobre esa herencia guaraní que plasma, como señala el propio autor, la expresión y la vida cotidiana con un discurso informulado pero ineludible, producto de mitos, símbolos y una cosmogonía a veces imposibles de aprehender por el castellano.