En la época en la que nació Florence Nightingale, los hospitales eran lugares sucios, donde trabajaban personas que no sabían casi nada de medicina ni de cómo tratar a los pacientes. Con esfuerzo y valentía, Florence se convirtió en enfermera profesional, y se dio cuenta de que muchísimas enfermedades podían prevenirse si se mejoraban las condiciones higiénicas de los enfermos y de los centros sanitarios. Gracias a ese descubrimiento, salvó miles de vidas y logró que la enfermería se convirtiera en una profesión respetada.