«Doquiera que el hombre va lleva consigo su novela», Benito Pérez Galdós en Fortunata y Jacinta. Este libro es un buen ejemplo. Porque son las historias de doce vidas, muchas de ellas al límite, rotas en algún momento contadas por sus protagonistas a Esmeralda Berbel y luego tamizadas por el talento literario de la autora sin perder su autenticidad y su verdad. Son historias condensadas pero con extravíos, éxitos y grandes fracasos que se leen conteniendo la respiración.
Historias reales que marcan la fina línea entre el éxito y el fracaso, entre la desolación y las ganas de vivir. Vidas en crudo, sinceras, que dejarán al lector conmovido.