“Si algo caracteriza la escritura última de Vicente Gallego es su
despojada exactitud. A cada nuevo libro, un gramo menos. Consciente
de que, en un poema, el silencio es tan importante como
aquello que se nos dice. Pienso en un vaso lleno hasta el borde y
del que apenas rebosan unas gotas. Lo mismo que esas gotas, los
versos de este libro saben a la vez de superficie y de hondura. Mirada
y pensamiento, de un autor que resulta ya imprescindible.”
JOSEP M. RODRÍGUEZ