"En Ruskin, la paradoja, el capricho, el gusto personal y exclusivo se hace convincente, se eleva y se hace hasta inspiración celeste a fuerza de dominar el procedimiento demostrativo, con sedicencias y seducciones.""Ruskin no es nunca un teórico, cuenta con pisar el paisaje que alaba, con entrar en él, lo ve todo vivo, asequible, tibio, móvil y por eso en las cosas más petrificadas encuentra la brisa que fuera con ellas, la luz que las anima y las adentra.ö