Crónica de Madrid es un conjunto de artículos periodísticos de un joven Galdós, en el que puede vislumbrarse el trabajo embrionario del que posteriormente pasaría a ser considerado como uno de los novelistas más exitosos de la literatura española. Dos años después de comenzar a trabajar en un periódico de Las Palmas, a Galdós le nombran corresponsal en Madrid. Y es entonces cuando, al ser ya conocedor de los entresijos de la capital, empieza su nueva labor, a la que se entrega con entusiasmo. Según se desprende de estas páginas, Crónica de Madrid constituye un documento único para reconstruir la primera parte de una admirable vida y recrearse en un sentido homenaje a la ciudad de Madrid, una de las grandes protagonistas de su obra. Para los lectores de la obra de Galdós, resultará curioso paladear la prosa juvenil de esta Crónica de Madrid, siempre armónica con el ambiente y los personajes que lo pueblan. Ya en su época el escritor español Max Aub afirmó que: «Galdós asumía el espectáculo del pueblo llano, al estilo de Lope de Vega, y se lo entregaba a los lectores artísticamente transformado, gracias a su sentido de la intuición sereno, profundo y total de la realidad».
Benito Pérez Galdós. Nació en Gran Canaria en 1843 y murió en Madrid en 1920. Es una de las figuras más importantes de la novela realista española del siglo XIX. Fue nombrado miembro de la Real Academia de la Lengua Española en 1897 y llegó a ser propuesto para el Premio Nobel de Literatura en 1912. Fue un asiduo de las tertulias literarias del Ateneo de Madrid y de varios cafés conocidos en la capital, donde frecuentó a intelectuales y artistas de su época. Entre los medios de comunicación con los que colaboró se encuentran los diarios La Esfera, La Nación y El Debate. En 1873 comenzó a trabajar en la publicación de su magna obra, los Episodios Nacionales, la cual le granjeó una enorme popularidad. Otras de sus novelas más reconocidas son Fortunata y Jacinta (1887), Doña Perfecta (1876) y Misericordia (1897). En su juventud viajó por Europa como corresponsal de prensa, conociendo de primera mano los postulados de algunos movimientos literarios propios del siglo XIX. Perteneció al Partido Progresista de Sagasta, al Partido Republicano y a la Conjunción Republicano-Socialista. Durante varias legislaturas fue elegido diputado en las Cortes.