Es de noche en la montaña suiza y llueve. Llueve como no había llovido desde hace años. Y el agua que cae del cielo parece querer llevárselo todo. Con este horrible tiempo, la taberna Helvezia -a punto de cerrar para siempre- es como un refugio que da la bienvenida a todas las personas, a sus historias, a su sed y a sus recuerdos. Así comienza un viaje mágico, melancólico y alegre, lleno de ruido y de presencias, vivas y muertas, de suerte favorable y adversa, destinado a no terminar mientras haya un vaso lleno y una historia vuele en el aire.
Última ronda, de Arno Camenisch, nos hace volver a lo esencial, al difícil equilibrio de estar en el mundo con nuestros recuerdos y con lo que desaparece, y donde solo la fuerza de la palabra es capaz de hacer revivir, incluso en una noche en la que nunca es demasiado tarde y en la que ni siquiera la intensa lluvia puede borrar nuestras huellas.