«Todo el mundo sabe que la realidad supera muchas veces la ficción. Un porcentaje muy elevado de cuanto se narra en este libro corresponde a la realidad. Me inclino a pensar que este hecho añadirá más bien interés a estos Cuentos inenarrables», nos escribió en su momento su autor, Aldo Coca, pintor y poeta italiano, hijo adoptivo del escritor y poeta español José Miguel Velloso.
Creímos conveniente comunicarlo igualmente a sus futuros lectores, no tanto con el ánimo de ponerles en guardia, sino sobre todo para que, en cada momento, puedan ir compartiendo con mayor fruición las situaciones que, de una forma u otra, el propio autor habrá vivido o que, de una forma u otra, otros le habrán sugerido. Así irán también adentrándose con creciente desinhibición y, por lo tanto, con mayor placer, en el universo sensual y erótico de los hombres homo o bisexuales en una gran ciudad, como es el caso de las Aventuras de Andrea —el joven y bello puto que «trabaja» la zona del Coliseo en Roma—, o en el campo, como ilustra la escalofriante historia de El pastorcillo.
Aquellos lectores que comparten con los personajes de estos cuentos sus opciones sexuales se alegrarán sin duda de que finalmente en España la literatura erótica vaya también enriqueciéndose de las vivencias homosexuales, relegadas casi siempre a lo sórdido y triste. Estas historias, supuestamente inconfesables, salen no obstante a la luz sin rubor alguno, perfectamente asimiladas a uno de los géneros más difíciles y, por lo general, más desatendidos de la literatura.