“Lo espiritual es en sí mismo carnal, lo espiritual se acuesta en el lecho de lo temporal.” Esta frase de Charles Péguy, que Raynal emplea a modo de epígrafe en este libro, define a la perfección el proceso mental erótico que se desencadena en Luc, que se somete a Matilde prácticamente desde el día en que la “descubre” y empieza a sublimarla.
Esta novela es una auténtica obra literaria, que viene a demostrar una vez más, la gran riqueza creativa que el género erótico puede aportar a la Literatura universal.
Henri Raynal, seudónimo que se atribuye a un académico francés, fundador de varias importantes publicaciones entre 1920 y 1955, hombre inconformista, defensor y promotor de experiencias vanguardistas, relata aquí la historia de un escritor, quien, tras un lento y progresivo proceso de sumisión, pasa a ser el esclavo absoluto de la enigmática criada de su tío, hasta el punto de convertirse prácticamente en su perro fiel, al que ella pasea atado a una cadena. La narración de Raynal se extiende a las reflexiones que su personaje, Luc, el escritor y víctima complacida, recoge en su bloc de notas, único acto, privado y secreto, de independencia en el que expresa toda la plenitud de su estado.
Puede que esta novela sorprenda a más de un lector y que, incluso, se sienta, de entrada, defraudado, pues los estímulos que siempre espera de una novela erótica deben para él evidenciarse en forma inmediata. Sin embargo, podemos asegurarle que la experiencia que vivirá a lo largo de esta lectura no podrá olvidarla fácilmente y que, probablemente, lo marcará y estimulará en la medida en que vaya haciéndola, poco a poco, al igual que Luc, suya. . .