"Escribir es producir la ausencia de obra (la deconstrucción de la obra)". El dispositivo "crítico", acrítico, que nos enseña este libro, cuyo peso tan sólo podrá soportar aquel que lo lea, es decir, quien lo anule, transforme o sueñe, es el instrumento vertiginoso que nos permite atravesar con su autor los distintos temas tocados por la lengua, que no son sino el Tema callado por la violencia vacía de la jerga crítica tradicional. Si algo nos descubre este desafío es el conocimiento de la posibilidad de inauguración de un nuevo modo de lectura o de apropiación del Libro que se está escribiendo continuamente, al margen del discurso oficial. El libro es el vehículo mediante el cual la escritura va hacia la ausencia del libro.
Blanchot en la repetición diferente de lo mismo, su obra, se ha interrogado la travesía de una palabra que, sin desdoblarse, hablaría, como una diáspora, unívocamente de la locura y su obra, del libro y su ausencia.