Federico camina por las calles de una ciudad cualquiera. No se sabe si es de día o de noche, si hace calor o frío, si es verano o invierno, hemisferio norte o sur. En su caminar, Federico ve cosas que se le escapan y apura el paso. Está afuera y busca el adentro. O desde el adentro se pierde en las esquinas del afuera como si este afuera no fuese el suyo y lo suyo no fuera huidizo, lo que no cambia nada. Mirar algo o perderse en el vacío no le impedirá pensar. Pensar es no dejar huecos en la trama, se dice, aunque los pensamientos, a veces, se interrumpen. O ni siquiera han empezado. ¿Qué más da? piensa Federico, que piensa aun cuando no piensa, es decir todo el tiempo. En su recorrido, se cruza con mucha gente, viejitas, perros, dueños de perros, corbatas, colectivos, estatuas, palomas y pocillos de café. El mundo gira y se repite y de esa repetición nace la metafísica, un musculo algo trabado que a veces se esfuma.
Guillaume Contré nació en Angers, Francia, en 1979. Es escritor, traductor, critico literario y compositor. Escribe sobre libros en la revista francesa Le Matricule des Anges, donde se encargó de dossiers dedicados a las obras de César Aira y Juan José Saer, y para revistas de la web como Espacio Murena (Argentina) y penúltiMa (España). Ha llevado al francés novelas de Pablo Katchadjian, Eduardo Muslip, Ariadna Castellarnau, Angélica Gorodischer, Preti Taneja, Max Aub y las obras completas de Ricardo Colautti. También a los poetas Juan L. Ortiz, Juan Luis Martínez y Osvaldo Lamborghini. Escribió un prólogo para la antología Degenerados: muestra de narrativa chileno-argentina hipercontemporánea, editada por Gonzalo León (RIL Editores, 2018) y el ensayo autobiográfico Fuera de campo publicado en la revista Cuadernos LIRICO. Sensatez, novela corta escrita en castellano, es su primer libro propio. Salió en Francia en una versión traducida por él mismo bajo el título Discernement (Éditions Louise Bottu, 2018).