La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue el episodio más sangriento del siglo XX. Fue una guerra total que se extendió por el mundo entero, en la cual los países beligerantes utilizaron todos los medios a su alcance, humanos y tecnológicos, con un único objetivo. Por su poder de destrucción y dimensión global, el coste humano y material de la guerra fue inmensurable. Se produjeron masacres de civiles y de prisioneros de guerra, y un genocidio organizado desde el Estado que asesinó a 6 millones de judíos. De las cenizas del viejo mundo emergió uno nuevo. Sin embargo, todavía hoy contemplamos las repercusiones de aquella guerra.