En el origen del proyecto que constituye "Según la costumbre de las olas" no había, sin embargo, reflexión ninguna, ni razonamientos de tipo conceptual, sino algo más inconcreto e inexplicable: un estremecimiento, un pálpito. La memoria no siempre se construye como relato, ni como rememoración; a menudo puede manifestarse bajo especie de sensaciones inconexas de algo que nos sorprende como un eco de melodías ya olvidadas. La música, cuya presencia ha acompañado siempre, de un modo u otro, el trabajo de los autores de este libro, apareció un día, de pronto, como síntoma de una experiencia diferente, difícil de expresar y puso en marcha este diálogo entre imagen y palabra que constituye el resultado de un intercambio gozoso entre dos de las voces más significativas de la poesía española contemporánea.