Una madre y una hija viven en el claro de un bosque. La madre es un animal de compañía, un perro. El padre es de azúcar, está desapareciendo. La niña trata de saber qué significa «vivir» en el medio de todo esto.
Suaves es una obra que mira directamente a la relación atávica, intuitiva y animal «madre-hijo/a». En ella hay un intento de curar esa culpa ligada a los lazos familiares, haciendo estallar el vínculo materno-filial, quedando así dos mundos separados para siempre, pero poseedores de una luz nueva y necesaria para empezar a vivir de manera radicalmente honesta.
En el alma de la obra respiran la tragedia y la poesía. En su lenguaje respiran las imágenes del sueño y del despertar. Pero este acto de despertar sucede en un lugar propio y a su vez extraño, como quien consigue volver a la casa donde creía que era imposible volver.