Androide mío, se coloca directamente, de manera desacomplejada y lúdica, en el territorio de la comedia. Desde su mismo arranque, en la solitaria Nochevieja de la protagonista reconocemos los mimbres de la comedia de situación, y cuando llega el detonante ya no cabe duda de que se nos está invitando al juego y a la diversión. La trama se desarrolla en torno a ideas que se van haciendo más complejas, dando lugar a la reflexión en torno al amor, la decepción, el sentimiento de abandono en la pareja, para después ofrecer un giro que cambia por completo las reglas del juego.
Ignacio del Moral