Primera novela del ciclo autobiográfico Das alte Jahrhundert, cuyo punto de partida es la ruptura de Kurzeck con Sibylle, la madre de su hijo, y su posterior mudanza a un almacén de paredes tremolantes que comparte con un piano. Un monólogo poético sobre la ciudad y el tiempo, repleto de encuentros y anécdotas, escrito en una prosa personalísima de frases cortas o directamente amputadas, en continuo staccato.